La transformación de los cuidados: tendencias futuras

Puede considerarse que con la Ley de Dependencia culminó el proceso que eleva la dependencia al mismo nivel de importancia en la política social que las otras llamadas “patas del Estado de Bienestar” (sanidad, educación y pensiones).

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IGUALDAD EN EL REPARTO DE LAS TAREAS DOMÉSTICAS Y LOS CUIDADOS. Ruth Juan. https://junitamakina.es/

La Ley de Dependencia, al margen del grado de su dotación presupuestaria o implementación, ha servido para visibilizar la dependencia y su impacto en nuestra sociedad. El cuidado es la otra cara poco visible de la dependencia y en concreto el cuidado informal de los cuidadores familiares. Aunque llamado informal, el cuidado provisto por familiares no es casual, ni desestructurado, ni oficioso, ni pasajero. Es todo lo contrario a lo que el concepto informal puede tener de peyorativo. Además, suele ser el preferido por quien necesita ayuda.

Los cuidadores son el hilo conductor entre médico y paciente, entre hospital o centro de institucionalización y la casa. Son una referencia para evitar la pérdida de identidad. Los servicios sanitarios deberían considerar que un buen cuidado en casa evita regresos al tratamiento hospitalario y readmisiones del paciente.

Cuidar es ante todo un compromiso de tiempo, cotidiano y prolongado. Aunque las tareas cambien, algunas se vuelvan más complejas y otras se vean facilitadas por dispositivos tecnológicos, lo cierto es que consumen mucho tiempo por parte del cuidador.

La mujer, hija o cónyuge, es el pilar de la ayuda a los mayores dependientes. Era y es la cuidadora principal por excelencia, un centro de servicios para la familia, tan necesario para el funcionamiento de la vida familiar.
Las políticas de servicios públicos se han estado organizando en función de este sentido de responsabilidad familiar, de la mujer, y han evitado asumir más responsabilidades o buscar nuevas formas de ayuda. Ser cuidador transmite la misma imagen de invisibilidad que caracterizó, y aún caracteriza, a la dependencia, un problema dentro de las fronteras del hogar.

Las consecuencias de la tarea de cuidar repercuten en el estado de salud del cuidador. La principal es que los cuidadores se sienten cansados: un 53% de todos los cuidadores informales así lo declaran. Más de un tercio confiesan que su salud se ha deteriorado, fundamentalmente se trata de situaciones de depresión (30%), y un 15% declara incluso que se ha tenido que poner en tratamiento médico. Estas consecuencias pueden conducir al dependiente a una institucionalización.

Según algunas estimaciones, el valor del cuidado a personas dependientes de 65 y más años provisto por cuidadores informales se eleva a una cifra que oscilaría entre 32.099 y 53.191 millones de euros, es decir, entre el 3% y el 5% del producto interior bruto de España en 2008. Lo que muestra la importancia del cuidado informal y su relevancia económica y social.

Las tendencias actuales conducen a escenarios alarmantes de graves problemas para el futuro de los cuidados a las personas mayores dependientes, pues afectan al núcleo de la capacidad de cuidados:

  • el peso demográfico de la vejez crecerá.
  • el peso de las edades más avanzadas también aumentará entre las personas mayores, irán llegando a esa etapa nuevas generaciones con un número cada vez menor de hijos.
  • el número de convivientes en el hogar también será menor.
  • seguirá aumentando la actividad laboral de las mujeres adultas (las cuidadoras mayoritarias hasta ahora) reduciendo su disponibilidad para el cuidado, aumentará la distancia geográfica entre los parientes.

Transformación de los cuidados

Ante este escenario alarmante, parece evidente que el patrón tradicional de los cuidados no puede mantenerse, y tanto es así, que su transformación ya es visible. Los factores de esta transformación de los cuidados son los siguientes:

  • Desarrollo del cuidado formal, especialmente en el cuidado de personas con demencia.
  • Crecimiento del voluntariado.
  • Una mayor importancia de los cuidadores secundarios, que comparten tareas y responsabilidades.
  • Se ha acentuado enormemente el peso de hogares formados por una pareja, que han acabado convertidos en mayoritarios, por encima incluso de los hogares unipersonales.
  • Los datos sugieren que la prestación de cuidados a personas con discapacidad y de edad avanzada, tradicionalmente ejercida por mujeres de edad madura, se está desplazando hacia personas cada vez más mayores y de forma igualitaria entre ambos sexos.
  • Mejora colectiva en la adaptación del entorno (ergonomía, adaptación arquitectónica, ciudades amigables).
  • Mejoras técnicas (tecnologías de la información y la comunicación, redes, teleasistencia, domótica).
  • Mejora generacional en la capacidad económica de los dependientes o de sus parientes para derivar a terceros parte de los cuidados.
  • Evolución legislativa (despliegue, aunque sea lento, de la protección estatal a la dependencia).

El concepto de cuidar en nuestra sociedad pasa por una mayor igualdad entre hombres y mujeres, y en lo relativo a la dependencia en personas mayores, se caracteriza por un aumento en el peso de los hogares de parejanuevos estilos de vida de las nuevas generaciones de “jóvenes” entre las personas mayores, y mejoras derivadas de los cambios tecnológicos, la urbanización, mejores viviendas y servicios sociales (públicos y privados), que facilitan a una persona poder vivir la vejez sola o con sólo su pareja.

 Informe España 2017
 Capítulo 3. Dependencia y cuidados.
 Antonio Abellán, Julio Pérez, Alba Ayala
 CSIC
 Rogelio Pujol
 INE
 Gerdt Sundström
 Institute of Gerontology, Jönköping University (Suecia)

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