Brechas digitales, evolución hacia la e-participación ciudadana

Maxim Ilyahov. Unsplash

Actualmente, cuando hablamos del uso de la tecnología también estamos hablando de la integración y la participación en el entorno social. Asimismo, con la crisis del Covid-19 el uso de las tecnologías se ha intensificado y ha originado una complementación entre la presencialidad y lo virtual. La vida de las personas se desarrolla de manera indistinta en lo físico y lo virtual y por consiguiente la participación de las personas no puede ser ajena a esta realidad híbrida. Por ello, es muy importante conocer cuál es la relación de la ciudadanía con las nuevas tecnologías y los diferentes estadios en los que se pueden encontrar, que van desde la infoexclusión hasta el empoderamiento ciudadano.

Tal como analiza el informe “E-inclusión y participación ciudadana en las esferas social y pública a través de las TIC en Euskadi” del Ararteko, el posicionamiento de las personas en un estadio de empoderamiento digital, supone que hablemos de la existencia de diferentes brechas digitales: la brecha de acceso, la brecha de uso, la brecha de apropiación y la brecha de participación.

Brechas digitales

Brecha de acceso

La primera brecha, la brecha de acceso, hace referencia a la oportunidad que tienen las personas de tener acceso a las nuevas tecnologías. La gran evolución que ha tenido la tecnología y la gran cantidad de personas que tienen acceso a ella hoy en día, han hecho que parezca que esta brecha ya está superada. Sin embargo, todavía hay indicios que demuestran que es necesario fijarse en ella. Hay ciertos factores demográficos y socioeconómicos que siguen afectando a las brechas digitales, como el sexo, la edad, el tipo de familia, el nivel de estudios o la situación laboral.

Brecha de uso

Tener acceso a las TIC o un dispositivo en casa no significa que todo el mundo lo use. Por ello, la siguiente brecha hace referencia al uso de las nuevas tecnologías, tanto diariamente como puntualmente. Los factores de la edad, el sexo, el nivel de ingresos o el estado laboral vuelven a salir como factores determinantes en esta brecha.

Brecha de apropiación

La brecha de apropiación es el momento en el que las personas son conscientes de que las TIC les aportan unos beneficios y mejoras a sus vidas, motivándolos a hacer un uso más intensivo y avanzado.

Se han identificado ciertos aspectos por los que las personas con conocimientos básicos de las nuevas tecnologías no perciben las TIC como una herramienta para mejorar su calidad de vida. Una de ellas es la percepción del riesgo de no usarlas. Los principales riesgos que percibe la gente al no utilizar las TICs son la falta de información o quedarse obsoletos y desactualizados. Sin embargo, las personas que menos conocimiento tienen sobre las TICs son las que no relacionan el no uso de las TIC con ninguno de estos riesgos.

Otro aspecto es el conocimiento de cuáles son las competencias digitales que uno necesita, su nivel de adquisición de dichas competencias, así como el reconocimiento de las competencias que le faltan por adquirir y cómo y dónde adquirirlas. 

Brecha de participación

La última brecha, la brecha de participación, implica que la persona cuenta con un nivel de apropiación de las TIC adecuado y es capaz de utilizarlas para participar en las esferas social y pública con el ánimo de tener un mayor protagonismo en la toma de decisiones y en la transformación de su entorno. El desconocimiento del uso exigido de las TIC para determinadas acciones y la incapacidad de participar en determinados canales son algunos de los motivos que generan esta brecha digital.

Hay ciertas cuestiones que son imprescindibles a la hora de identificar las barreras que crean esta brecha. La voluntad de participar, la motivación para participar, la utilidad de la participación de las personas y la posibilidad de participar. 

En resumen, estas brechas digitales no solo se dan en cuanto al conocimiento de uso de las nuevas tecnologías, sino que también influyen otros factores como la conciencia de las mejoras que éstas aportan al día a día. Por otro lado, teniendo en cuenta la transformación digital que se está dando en la sociedad, se ve que iremos evolucionando entre estas brechas y dejando atrás la participación únicamente presencial.

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