El Euro Health Consumer Index (EHCI) se ha convertido en un «estándar» de la vigilancia de los sistemas de salud desde que comenzó su publicación en 2005. El índice se calcula a partir de la combinación de estadísticas públicas, encuestas a pacientes y una investigación independiente llevada a cabo por Health Consumer Powerhouse Ltd, una compañía privada con sede en Suecia, que mide la asistencia sanitaria en Europa y Canadá para apoyar a los pacientes y empoderar a los consumidores.
A pesar de la reducción del gasto en asistencia sanitaria en muchos países, el rendimiento global de la salud sigue mejorando. La medición inicial en el año 2006 otorgó sólo a un país con más de 800 puntos sobre un máximo de 1.000 posibles. En la actualidad 9 son los países con sistemas de alto rendimiento. Holanda se mantiene en la cima, seguido por Suiza, Noruega, Finlandia y Dinamarca.
Sin embargo, se consolida la desigualdad en los servicios de salud en toda Europa. Los resultados muestran que ahora hay una provisión de servicios sanitarios de «dos velocidades», en función del país del paciente. La calidad de la atención que los pacientes pueden esperar es visiblemente mayor en los países más ricos que en los pobres, y esta brecha es cada vez mayor.
El estudio incluye 36 países, además de Escocia.
España gana 7 puntos en el rendimiento general, respecto a 2013, pero se confirma la tendencia observada en los últimos años a estabilizarse en el pelotón retrasado.
El análisis que el informe hace del sistema sanitario español, es que a pesar de la crisis, el declive sanitario español parece haberse detenido, pero el aumento en los tiempos de espera es alarmante.
Parece que las funciones básicas de la asistencia sanitaria se mantuviesen adecuadamente, con la mortalidad infantil baja, la vacunación de niños y la prevención de enfermedades importantes en funcionamiento. Los resultados de los distintos tratamientos también siguen mejorando en España. Sin embrago, la accesibilidad al sistema ha empeorado sustancialmente y supone una amenaza para la seguridad del paciente y la igualdad entre ellos. En esta situación plantea que el deterioro no sólo puede ser responsabilidad de la crisis y que deben existir explicaciones adicionales.
En el marco de las recomendaciones el EHCI señala que la potenciación de la eSalud ha comenzado a contribuir positivamente en la mejora de muchos servicios. Concretamente señala el caso de Dinamarca cuyo recorrido ha sido ascendente entre otras razones por una estrategia sobre eSalud. Desde una perspectiva diferente se señala el caso de Macedonia y su exitoso sistema de citas, además de un uso normalizado de aplicaciones móviles. El hecho de no tener otras tecnologías anteriores ha supuesto una rápida absorción del uso de los móviles. En cualquiera de los casos, se confirma que la introducción de la eSalud requiere de un largo recorrido para obtener resultados positivos, incluso contando con un liderazgo bien definido.