La humanización de la tecnología en salud

Hablar de humanización de la tecnología es una prosopopeya o personificación. La prosopopeya es un recurso literario característico del genero de ficción. Consiste en atribuir cualidades o acciones propias de seres humanos a animales, objetos o ideas abstractas.

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En el caso de la salud, la necesidad de humanizar no es ninguna ficción es un hecho muy real, pero atribuir esa responsabilidad a la tecnología es elevarla a un nivel de importancia, que es un error habitual en el que reinciden los tecnólogos, o los que actúan como tales. Las tecnologías sólo asumen un significado práctico concreto cuando se ponen en uso en un contexto social específico y material. Por tanto, la humanización, en el caso de la salud, es un reto asociado a los procesos asistenciales. 

El acto clínico ha estado históricamente conducido por el médico (y enfermería), sin embargo, hoy en día el médico se ha convertido en fuerza de trabajo, y la relación médico-paciente ha pasado a ser objeto de la búsqueda de la ganancia y la reducción de costes. Y la tecnología forma parte de este contexto.

La taylorización del trabajo médico clínico, o estandarización de la actuación de los médicos clínicos ante el paciente, se ha venido manifestando de diferentes maneras:

  • El establecimiento de protocolos de atención inflexibles.
  • La sustitución de la anamnesis por un formulario de la historia clínica electrónica con preguntas cerradas.
  • El remplazo de la exploración física por pruebas técnicas objetivas (de laboratorio, de imagen, …).
  • La presión por acortar los tiempos de consulta.

Pero hay que reconocer que la estandarización clínica ha sido clave en el desarrollo de sistemas sanitarios exitosos que han concluido, nada más y nada menos, con el aumento de la esperanza de vida de las personas que se han beneficiado. Sin embargo, en el contexto actual los sistemas sanitarios, además de atender la demanda de episodios agudos de enfermedad, deben buscar soluciones a las nuevas necesidades asociadas a la prevalencia de enfermedades crónicas y al aumento de la dependencia, como resultado de la mayor esperanza de vida, que es paradójicamente el gran éxito de los sistemas de salud.

La sociedad del conocimiento ofrece oportunidades para recuperar el valor del acto clínico, en torno a procesos de innovación impulsados por las oportunidades que brinda el desarrollo tecnológico, o puede acabar convirtiéndose en el mayor aliado para consolidar el paradigma dominante de atención médica basado en su mercantilización y deshumanización.

Solamente el 22% de los profesionales de salud utilizan la historia clínica electrónica para la ayuda en la toma de decisiones, y el 65% del tiempo de consulta médica se utiliza para el registro electrónico de la información.

Es necesario un rediseño de los procesos basado en el valor del acto clínico. Las herramientas informáticas forman parte de los procesos asistenciales tradicionales. La transformación de los procesos clínicos, necesita de las tecnologías para abordar el cambio.

El desarrollo tecnológico experimentado en las dos últimas décadas (movilidad, capacidad de computación, procesamiento de imagen, volumen de almacenamiento, inteligencia artificial, realidad viB_pgeP-UcAArxvO.pngrtual, robótica, …) debe ser puesto al servicio del valor del acto clínico, como instrumentos para la ayuda a la decisión y la personalización de la atención.

Los actuales sistemas de información sanitarios son sistemas basados en modelos del siglo pasado, son “dinosáuricos”, difíciles de adaptarse
a los cambios, de ciclos largos, con diseños únicos para todos los perfiles y para los diferentes actos, y anclados a una estación de trabajo. Mientras que esto no cambie, el proceso clínico no cambiará, y además se sacrificará el conocimiento y la experiencia de los profesionales, a cambio de transformar el acto clínico en mano de obra, alejado cada vez más del paciente.

A toda esta situación hay que añadirle cambios fundamentales que afectan al paciente:

  • Las generaciones nacidas a pageneracion-bb-x-y-zrtir de 1980 pueden considerarse nativos digitales (los llamados milennials). Estas personas están acostumbradas a relacionarse de manera digital. Sus hábitos de consumo y las gestiones administrativas las desarrollan a través de internet. La asistencia sanitaria no puede ser ajena a esta situación.
  • Se está experimentado un proceso de empoderamiento de la ciudadanía en todos los aspectos sociales y comunitarios. La sociedad quiere ser responsable de su salud y quiere participar en la gestión de la misma de manera colaborativa con los profesionales.
  • En las expectativas del paciente sobre su salud cobra especial importancia los aspectos relacionales.

Ante este escenario de máxima complejidad, pero a la vez de grandes oportunidades, la Gobernanza de las TIC en Salud, en mi opinión, se enfrenta ante el reto de actuar de facilitadora del cambio, desde las siguientes líneas estratégicas:

  • Evolucionar la gobernanza hacia modelos colaborativos, dando protagonismo a profesionales y pacientes.
  • Integración del hogar dentro del proceso asistencial.
  • Situar la experiencia de la persona usuaria (profesionales y pacientes) en el centro.
  • Favorecer la innovación de la organización, actuando como facilitadora de los procesos de innovación.

Hay caminos muchos más rápidos pero no se llega lejos.

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