Las principales mejoras experimentadas en la salud y el bienestar de nuestra población en los últimos 150 años, se han atribuido a los avances en un amplio rango de factores sociales, económicos y físicos, conocidos como Determinantes Sociales de la Salud (DSS). Esto significa que, más allá de la gran importancia de contar con un sistema sanitario público de calidad, es imprescindible actuar sobre estos factores sociales para mantener y mejorar la salud. Expresado de manera sencilla, la salud empieza en nuestras casas, nuestras escuelas y nuestras comunidades. El modelo social de la salud ilustra cómo factores relacionados con la vivienda, urbanismo, medio ambiente, transporte, empleo, protección social y políticas fiscales juegan un papel crucial en el nivel de salud poblacional. En el centro se sitúan las personas con sus factores apenas modificables como la edad, sexo y carga genética. A continuación las conductas relacionadas con la salud; en los estratos superiores, el apoyo social y el acceso a los servicios y bienes básicos y, en la capa más externa, aquellos factores del contexto ambiental y socioeconómico que no pueden medirse a nivel individual.
Dicho modelo ha sido extensamente utilizado y adaptado en diferentes ámbitos y niveles. Por ejemplo, los gobiernos locales del Reino Unido han elaborado el mapa de la salud del lugar en el que vivimos (local human habitat).
Fuentes: Sostenibilidad ES Salud, Hugh Barton and Marcus Grant (2006), drawing on Whitehead and Dahlgren (1991) and Barton (2005)