La taylorización del trabajo médico clínico, o estandarización de la actuación de los médicos clínicos ante el paciente, se ha venido manifestando de diferentes maneras:
- El establecimiento de protocolos de atención inflexibles.
- La sustitución de la anamnesis por un formulario de la historia clínica electrónica con preguntas cerradas.
- El remplazo de la exploración física por pruebas técnicas objetivas (de laboratorio, de imagen, …).
- La presión por acortar los tiempos de consulta.
El acto clínico ha estado históricamente conducido por el médico, sin embargo, hoy en día el médico se ha convertido en fuerza de trabajo, y la relación médico-paciente ha pasado a ser objeto de la búsqueda de la ganancia y la reducción de costes.
Los sistemas de información sanitarios de los años 80 poco han evolucionado. Diseñados como sistemas de registro de la actividad prestada para la facturación de la misma en base a grupos de diagnóstico relacionados. Solamente el 22% de los profesionales de salud utilizan la historia clínica electrónica para la ayuda en la toma de decisiones, y el 65% del tiempo de consulta médica se utiliza para el registro electrónico de la información.
Los avances tecnológicos en capacidad de computación, procesamiento de imagen, volumen de almacenamiento, inteligencia artificial, realidad virtual y robótica, al servicio de los profesionales, son instrumentos para la ayuda a la decisión y la personalización de la atención.
La sociedad del conocimiento ofrece oportunidades para recuperar el valor del acto clínico, en torno a procesos de innovación impulsados por las oportunidades que brinda el desarrollo tecnológico, o puede acabar convirtiéndose en el mayor aliado para consolidar el paradigma dominante de atención médica basado en su mercantilización.