Con Internet el consumo y la generación de información se democratiza

Con Internet el consumo y la generación de información se democratiza

Cuando en el neolítico, hace dos millones de años, el homo habilis inventó la lanza para la caza supuso una de las innovaciones con mayor repercusión para la humanidad. La lanza permitía una caza a distancia que eliminaba el contacto cuerpo a cuerpo con el animal, reduciendo accidentes y muertes y, aumentando las posibilidades de éxito. En sus orígenes la lanza estaba formada por un palo de madera y una piedra bifaz (tallada por las dos caras). Posteriormente fue sustituida por una hoja de metal y un palo tallado. Con el tiempo las técnicas de caza fuero evolucionando, permitiendo una mejor alimentación y sin ninguna duda la supervivencia y expansión de la especie humana.

Si la lanza supuso un cambio disruptivo en el proceso de caza, internet está representando lo mismo en el modo de comunicarnos entre los individuos. Todas las facetas de la vida diaria se están viendo afectadas. Si en la segunda mitad del siglo XX los procesos de industrialización fabriles marcaron la pauta en el desarrollo económico de las sociedades occidentales, a principios del siglo XXI se habla de aldea global y de las tecnologías de la información y la comunicación como motores de desarrollo. La información es el nuevo bien de consumo, e internet es el medio donde se comparte.

Con Internet el consumo y la generación de información se democratiza. Cualquiera de nosotros podemos generar información y consumirla desde nuestros hogares. Este hecho transforma radicalmente todos los modelos de prestación de servicios. Algunos sectores como la banca lleva ya años de transformación. Los cajeros automáticos, operaciones a través de internet, atención personalizada a través de correo electrónico, …

La salud no está al margen de este nuevo tiempo y tarde o temprano deberá adaptarse. Alunos pasos ya se están dando pero a veces más por presiones externas que por convencimiento de los profesionales de la salud que son los verdaderos protagonistas. Las organizaciones deben evolucionar para aprovechar las nuevas tecnologías y conseguir ser más eficientes y ofrecer servicios de mayor calidad. Gunter Eysenbach, en el año 2001, realizó el primer intento serio de definir un concepto que servía, en cierta medida, como cajón desastre en el que se incluía toda utilización de las nTIC en el ámbito sanitario. Nos estamos refiriendo a la e-Salud. El mismo autor nos hace ver la amplitud del término al apuntar que la “e” de e-Salud no se refiere únicamente al aspecto electrónico, sino que lo hace también a otros diez conceptos, las diez “es” de la e-Salud. Eysenbach sintetiza los nuevos retos de la e-salud en: eficiencia, mejora de la calidad (enhancement), decisiones basadas en la evidencia, promoción de la autonomía (empowerment), estímulo (encouragement), educación continuada, extensión del ámbito de la atención sanitaria, facilitación del intercambio de información y de la comunicación por vías estandarizadas por medio de las instituciones (exchange), ética, equidad, entretenimiento, excitación y facilidad de uso.

La e-Salud se presenta, por tanto, como un paradigma que va más allá de la utilización de la tecnología al servicio de la salud. Podríamos decir que es una actitud. La puesta en marcha de sus recomendaciones, con un eje fundamental basado en las nTIC, puede resolver muchos de los problemas que arrastra el actual sistema. Entre las 12 recomendaciones que presenta me gustaría destacar una: la intermediación. Los nuevos entes de intermediación (Centros de Coordinación de Servicios Socio-Sanitarios de teleasistencia), entre profesionales y pacientes, facilitan la comunicación. Representan una pieza clave en el desarrollo de un sistema sostenible, y en la integración en el ámbito de redes globales de salud.

Este artículo pretende ser un resumen de la actividad de este blog en 2012. Sus reflexiones son parciales y revisables.

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