Las nuevas tecnologías llevan tiempo contribuyendo a mantener las capacidades cognitivas de las personas mayores

Los profesionales de la intervención psicosocial se aferran a métodos de intervención convencionales, en vez de apostar por nuevas fórmulas mas innovadoras que proporcionan resultados positivos en la calidad de vida de las personas mayores.
Foto extraída de la plataforma https://pixabay.com/es/. Autor Sabine van Erp.

El proceso de envejecimiento es un fenómeno natural que puede llevar asociado, entre otros factores, modificaciones en el funcionamiento cognitivo, tales como enlentecimiento del procesamiento de la información, disminución de la atención, y declive de la memoria y de las funciones ejecutivas.

Cada vez resulta más frecuente la presencia de intervenciones mediante nuevas tecnologías, para abordar las situaciones de deterioro cognitivo asociadas al envejecimiento.

El empleo de la tecnología, asociado a las modificaciones en el funcionamiento cognitivo en la población de personas mayores, viene de lejos. En 1996 se llevaron a cabo por primera vez programas interactivos mediante ordenadores. Desde entonces se han realizado diferentes estudios en los cuales se ha podido observar que realizar actividades de psicoestimulación mediante nuevas tecnologías contribuye a mantener las capacidades cognitivas y a mejorar el manejo y control del entorno en el que viven estas personas. Al mismo tiempo, también, contribuyen a que se mejoren los aspectos emocionales y conductuales.

En 1970 se desarrolló la Sala de Estimulación Multisensorial Snoezelen, un espacio alternativo y seguro en el cual poder trabajar las capacidades sensoriales con personas mediante ciertos medios tecnológicos. Este tipo de intervención es una de las más importantes en el campo de la geriatría en la actualidad, puesto que genera bienestar emocional, es decir, proporcionar un espacio de relajación de manera que se reduzca el sentimiento de estrés, la agitación y las conductas violentas. Además, incentiva la exploración, aumenta el tiempo de atención y concentración, despierta emociones y recuerdos, incrementa la autoestima, mejora tanto la confianza como el autocontrol y la comunicación.

El uso de las nuevas tecnologías como intervención no farmacológica se divide en tres grandes grupos: en primer lugar, los programas informáticos de estimulación cognitiva, por otro lado la realidad virtual (RV) y, por último, los sistemas telemáticos que tienen como objetivo favorecer la permanencia de las personas en su entorno social habitual el mayor tiempo posible.

Cabría reflexionar porqué los profesionales se aferran a métodos de intervención convencionales, en vez de apostar por nuevas fórmulas mas innovadoras que proporcionan resultados positivos en la calidad de vida de las personas mayores.

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