La innovación en servicios de apoyo para la permanencia en el hogar

Ninguna crisis puede ser permanente. Crisis deriva del verbo griego «krino», que significa separar. En su origen agrario, está vinculada a la recogida del trigo y hace referencia al proceso en el que se separa el grano de la paja. Es un separar, que supone análisis, para quedarse sólo con la parte buena o aprovechable de la cosecha. De ahí que implique una capacidad de juicio. Cuando pase esta pandemia habrá otras.

ANNA PARINI

El COVID-19 está poniendo a prueba los servicios no presenciales-multicanal del Sistema Nacional de Salud para la comunicación efectiva con la ciudadanía. Estos servicios apoyan la interacción en materia de prevención y detección precoz y resultan, además, muy eficaces en intervenciones rápidas y seguras.

Estas situaciones que ahora son excepcionales y se gestionan como emergencias van a seguir existiendo. En el análisis necesario de esta crisis, que tocará hacer una vez quede superada, una de las conclusiones que se evidencia desde ya es que el hogar como centro de cuidados, para los servicios sanitarios y sociales, forma parte del necesario cambio de modelo. Es cierto que en los hogares, desde hace años, se están desplegando todo tipo de servicios: enfermeras de atención primaria, hospitalización a domicilio, atención paliativa, trabajadoras sociales, terapias respiratorias, urgencias médicas, fisioterapia, etc. Al margen del valor individual de cada uno de estos servicios, no hay duda que existe una necesidad urgente de coordinación de los mismos.

La asistencia debe prestarse donde sea más adecuado y, en principio, en cualquier lugar, como el hogar, residencias asistenciales «de baja intensidad» o con carácter móvil, en la vida cotidiana normal. Las personas que necesitan asistencia deben ser capaces de participar en la comunidad tanto como sea posible y durante todo el tiempo posible. Desde esta perspectiva, el domicilio se convierte en el eje transformador de los cuidados, en un nuevo modelo asistencial para la construcción integral de servicios sociosanitarios.

El envejecimiento en la comunidad donde se ha vivido es una preferencia común entre las personas mayores por quedarse en su comunidad local y mantener sus redes sociales durante el proceso de envejecimiento (OMS, 2015). En ese paradigma, el domicilio se incorpora al sistema de atención sociosanitaria, como un recurso más, desde una doble perspectiva: a) Facilitar una existencia autónoma en su medio habitual, todo el tiempo que desee y sea posible. b) Proporcionar un trato digno en todos los ámbitos de su vida personal, familiar y social, facilitando su incorporación activa en la vida de la comunidad. (Art. 13, LAPAD).

La innovación en servicios de apoyo para la permanencia en el hogar de carácter preventivo, mejora la calidad de vida tanto de la persona en situación de dependencia como de las personas cuidadoras en el domicilio. O al menos, ese es el objetivo de la Diputación Foral de Bizkaia en Euskadi al poner en marcha la iniciativa EtxeTIC que combinará la atención propia de un centro de día a personas en situación de dependencia (25 plazas), con la atención a un volumen más extenso de personas en situación de dependencia que se encuentran en su domicilio (751 personas) monitorizadas a través de tecnologías de apoyo y prevención en el hogar, y con asistencia puntual al centro.

Los retos socio-demográficos exigen nuevos modelos asistenciales con terapias digitales y atención ubicua.

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